miércoles, 28 de enero de 2009

RAMON GARCIA O LA MANIPULACION

Ramón García o la Manipulación


I
Después de citar, el 5 de enero del presente, a Federico Engels, Luis Alberto Sánchez, Gonzalo Huamán, Anita Rodríguez, Ricardo Oliveros y al suscrito, García anotó: “En nuestro medio activan dos socialismos: burgués y proletario, y dos dialécticas: idealista y materialista. Juzgue el lector a cuál pertenece cada párrafo recopilado. Y si se puede ser neutral ante la negación del Socialismo Peruano por un NN que tuvo la desvergüenza de escribirlo pero no el coraje de firmarlo; ante el calificativo de la Constitución del PSP como una tragedia; y ante el espectador de turno en pedestal de cristal” (subrayados en el original).

La acusación de negar el Socialismo Peruano y la acusación de ser espectador no están dirigidas a mi persona, pero sí aquella otra según la actual considero la constitución del PSP como una tragedia, razón por la cual paso a demostrar su falsedad.

En el primer párrafo de El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte, Marx señaló: “Hegel dice en alguna parte que todos los grandes hechos y personajes de la historia universal aparecen, como si dijéramos, dos veces. Pero se olvidó de agregar: una vez como tragedia y la otra como farsa. Caussidière por Dantón, Luis Blanc por Robespierre, la Montaña de 1848 a 1851 por la Montaña de 1793 a 1795, el sobrino por el tío. ¡Y la misma caricatura en las circunstancias que acompañan a la segunda edición del 18 Brumario!”.

Cualquier persona inteligente (y sin la perversa intención de tergiversar el sentido de las palabras de Marx), en modo alguno podría considerar que el fundador del comunismo científico concebía la historia como una tragedia, nada más porque esta palabra aparece en el párrafo citado. Como es notorio, la mencionada palabra aparece ahí no en su sentido habitual, sino significando el carácter original, auténtico, genuino de un hecho o personaje históricos, en contraposición a su repetición que aparece como farsa, como caricatura, como imitación.

Y ocurre que mi afirmación, “Parafraseando a Marx, puede decirse, pues, que, si la experiencia de Mariátegui fue tragedia, su formal repetición es farsa”, incontestablemente es una paráfrasis de la de Marx. Esto significa que con ella me he referido a la fundación del PSP por Mariátegui como un hecho que tiene la virtud de lo original, de lo auténtico, de lo genuino, en contraposición al intento de fundar un otro partido socialista en el Perú de hoy, que aparece con el demérito de ser una farsa, una caricatura, una imitación. El significado de mi afirmación tiene, pues, que aparecer evidente para cualquier persona intelectualmente honesta.

Pero la mala fe es tal, que García me acusa de considerar la fundación del PSP como una tragedia. Por cuanto es imposible que una persona normalmente inteligente no comprenda el verdadero sentido del párrafo de Marx y, por tanto, de mi afirmación, la falaz acusación revela: 1) que su autor ha retorcido mi aserto; 2) que, de este modo, intenta crucificarme; 3) que así pretende desviar la atención de la farsa que significa repetir lo formal (nombre del partido), y, al mismo tiempo, negar lo esencial de la experiencia mariateguiana (marxismo-leninismo).

En su artículo Elogio de “El Cemento” y del realismo proletario, Mariátegui escribió: “Ninguna revolución, ni la del cristianismo, ni la de la Reforma, ni la de la burguesía, se ha cumplido sin tragedia. La revolución socialista, que mueve a los hombres al combate sin promesas ultraterrenas, que solicita de ellos una extrema e incondicional entrega, no puede ser una excepción en esta inexorable ley de la historia”. Puesto que, como se ve, el maestro utiliza aquí la palabra tragedia en su significado habitual, García, si fuese consecuente con su mala fe y su lógica simplona, inescapablemente tendría que acusar a Mariátegui ¡de considerar la revolución socialista como una tragedia!

El proyecto de un partido socialista de ahora por el proyecto de un partido socialista de 1928, el Comité de Propaganda y Organización Socialistas de hoy por el Comité de Propaganda y Organización Socialistas de 1918, García por Mariátegui. No cabe duda: Marx tenía razón: todos los grandes hechos y personajes de la historia universal aparecen dos veces: “una vez como tragedia y la otra como farsa”.

Sin ningún equilibrio mental, sin ninguna objetividad, ganado completamente por el encono, García ha retorcido el sentido de mis palabras y malignamente me ha acusado de concebir la fundación del PSP como una tragedia, nada más porque en mi afirmación, igual que en la de Marx, aparece esta palabra. No obstante, contrariamente a su intención, está completamente claro que no ha revelado ni podía revelar ninguna actitud negativa mía respecto a la experiencia mariateguiana (acerca de la cual, por lo demás, he publicado algunos artículos que desmienten categóricamente su infundio), sino únicamente su método criollo, su espíritu liquidador, su condición de falsario. Como es de conocimiento común, desde hace tiempo García ha eludido todo debate de ideas con el suscrito y, evidenciando su impotencia, cada vez ha recurrido a la acusación gratuita, a la adjetivación obscena, al ataque personal. Esto lo pinta de cuerpo entero.

Ciertamente lo esclarecido es suficiente para que el lector atento, inteligente, no bloqueado por nada, pueda percibir todo el perverso subjetivismo de García.

Después de provocar algunas muecas de alegría maligna en algunos de sus partidarios, las acusatorias palabras de García se las ha llevado el viento. Por el contrario, mis palabras, paráfrasis de las de Marx, marcan una verdad sencilla y evidente: la caricatura que significa repetir lo formal (el nombre), y, al mismo tiempo, negar lo esencial (el marxismo-leninismo) del proyecto de partido de Mariátegui. POR ESO NO SE LAS LLEVA EL VIENTO.

En conclusión, es evidente que, una vez más, a García le ha salido el tiro por la culata.

II

En la medida en que a su falaz acusación, García agrega la manipulación de algunas citas, es necesario que examine también esta cuestión.

En el artículo De la autoridad, Engels señala: “Hemos visto, pues, que, de una parte, cierta autoridad, delegada como sea, y de otra, cierta subordinación, son cosas que, independientemente de toda organización social, se nos imponen con las condiciones materiales en las que producimos y hacemos circular los productos”. Engels menciona, pues, el problema de la delegación, pero, como es visible, no lo analiza. En el socialismo proletario, sin embargo, este problema es el quid de la cuestión, como veremos más adelante. Por supuesto, García sabe por qué no citó este párrafo.

También señala Engels: “Es, pues, absurdo hablar del principio de autoridad como de un principio absolutamente malo y del principio de autonomía como de un principio absolutamente bueno. La autoridad y la autonomía son cosas relativas, cuyas esferas varían en las diferentes fases del desarrollo social”. Engels subraya, pues, que, tanto el principio de autoridad como el principio de autonomía, no se presentan en cada caso con el mismo grado de validez. Por supuesto, García sabe también por qué no citó este párrafo.

En cambio, García ha citado lo que conviene a sus intenciones: “Autoridad, en el sentido de que se trata, quiere decir: imposición de la voluntad de otro a la nuestra; autoridad supone, por otra parte, subordinación. (…) Y quien dice acción coordinada dice organización. Ahora bien, ¿cabe organización sin autoridad?”. También: “¿No han visto nunca una revolución estos señores? Una revolución es, indudablemente, la cosa más autoritaria que existe; es el acto por medio del cual una parte de la población impone su voluntad a la otra parte por medio de fusiles, bayonetas y cañones, medios autoritarios si los hay”. Finalmente: “Así pues, una de dos: o los antiautoritarios no saben lo que dicen, y en este caso no hacen más que sembrar la confusión; o lo saben, y en este caso traicionan el movimiento del proletariado. En uno y otro caso, sirven a la reacción”.

Pues bien, me declaro informado de que los “antiautoritarios” de ahora son Gonzalo Huamán, Anita Rodríguez y Ricardo Oliveros. Pero, ¿quién es el “autoritario”? ¿Quién es la “autoridad” contra la que se levantan los “antiautoritarios”? Puesto que García no cita en el aire sino en un contexto concreto y con un propósito concreto, es evidente que él, por sí y ante sí, se considera “la autoridad” (y hasta la revolución misma). Es decir que, en el Socialismo Peruano (contexto concreto), García es, ahora, por decisión propia, es decir, por autoproclamación, “la autoridad” y, así, se siente con derecho a imponer sus posiciones y, por tanto, a los demás no nos queda más remedio que subordinarnos a las mismas (propósito concreto). Sólo que si ha tenido la desvergüenza de insinuarlo con la cita de Engels, no ha tenido el coraje de decirlo en primera persona.

Puesto que García no cita en el aire sino en un contexto concreto y con un propósito concreto, es fácil constatar que al utilizar algunas opiniones de Sánchez se pone en el lugar de Mariátegui y a sus críticos los pone en el lugar del aprista. Sólo que si ha tenido la desvergüenza de insinuarlo con tales opiniones, no ha tenido el coraje de decirlo en primera persona.

Pero ocurre que, en ningún momento y en ninguna forma, nadie le ha delegado a García la representación de la autoridad en el Socialismo Peruano. En el artículo Egotismo y seguidismo en Sendero, 04.09.03, dejé escrito: “En la lucha por el socialismo, es necesario el reconocimiento de la autoridad. Esto está fuera de toda duda. Pero este reconocimiento es de hecho el reconocimiento de la autoridad de las ideas correctas, el reconocimiento de la autoridad de quienes representan estas ideas”. Veamos esto en relación al caso que nos ocupa.

En cada situación concreta, siempre se destacan ciertos problemas que definen la posición política de individuos y organizaciones políticas. Así por ejemplo, en las circunstancias del desborde del revisionismo de la Segunda Internacional, la posición política de Kausky no era definida por sus aciertos relativos a la economía agraria capitalista, a la relación de la conciencia comunista con el movimiento obrero, a la ligazón entre la ética y la política en el movimiento proletario, etcétera, etcétera, sino por su posición con respecto a la dictadura del proletariado. Por eso Lenin lo desenmascaró sin compasión en su libro La revolución proletaria y el renegado Kautsky.

En la actual escena peruana, las cuestiones centrales que definen la posición de una persona, tendencia, facción o partido, son: 1) posición ante la verdad universal; 2) posición ante el pensamiento de Mariátegui; 3) posición frente a la cuestión del poder; 4) posición ante el problema del partido.

Las ideas correctas que pueden encontrarse sobre otras cuestiones en tal o cual persona, en tal o cual tendencia, en tal o cual facción, en tal o cual partido, no definen la posición política de los mismos, pues la autoridad de tales ideas se limita a una esfera comparativamente lateral. Por eso hay que preguntarse: ¿cuál es la posición de García ante las cuestiones centrales que definen una posición política en el Perú de hoy?

Como es de conocimiento general, so pretexto de que la verdad universal debe ser denominada con la sola palabra marxismo, García niega de hecho la universalidad del leninismo y del pensamiento de Mao. Por eso no tiene por qué extrañar que algunos de sus partidarios hayan escrito que Lenin es para Rusia y Mao para China. Por eso, la feroz y torpe campaña contra el término marxismo-leninismo no tiene otro fondo que la negación del desarrollo universal del marxismo. Con su reduccionismo, pues, García abre las puertas a todo tipo de oportunismo. Por lo demás, es conocido su encubrimiento de la restauración capitalista.

Como es de conocimiento general, tergiversando algunos planteamientos de Mariátegui, García pretende pasar algunas ideas suyas como si fuesen del maestro del proletariado peruano. Esta manipulación se comprueba, verbigracia, en la malhadada idea de que Mariátegui planteó un partido con “dos niveles” y en el arbitrario uso de la palabra socialismo, que, como es visible, en el maestro obra como sinónimo de la palabra comunismo, y que, como es visible también, en García obra tan elásticamente que, con ella, comprende a revisionistas como Arroyo Posadas y a antimarxistas como Luis Valcárcel, por ejemplo. Pero además, es sabido que su facción lleva adelante una feroz y torpe campaña que apunta a negar la condición marxista-leninista de Mariátegui y el propio marxismo-leninismo como la base de unidad establecida en los Principios Programáticos del Partido Socialista. Esta campaña antimariateguiana pinta de cuerpo entero a esta facción.

Como es de conocimiento general, so pretexto de la teoría del termómetro del sufragio de Engels, García hace a un lado la teoría leninista de la situación revolucionaria y, además, levanta reivindicaciones máximas como si fuesen mínimas, es decir, promueve la falsa ilusión de que, en las condiciones del régimen capitalista, son posibles la realización del derecho al trabajo y de la vida digna material y espiritual, al mismo tiempo que, levantando el “derecho al cambio social”, hace manifiesta su concepción juridicista de la revolución. Dicho sea de paso: 1) el término cambio social está tan prostituido que ahora el mismo Obama es publicitado como “el presidente del cambio”; 2) el derecho al trabajo, el derecho a una vida digna y el derecho a la revolución, sirven únicamente como elementos de propaganda y agitación.

Como es de conocimiento general, so capa de un nuevo concepto de partido, García propone un partido con “dos niveles”, es decir, un partido doctrinariamente heterogéneo, negando así la concepción mariateguiana del partido de clase. Puesto que el partido, sea el que fuere, es, siempre, la materialización de la doctrina, en esta propuesta de un partido doctrinariamente heterogéneo se materializa la negación de la universalidad del leninismo y del pensamiento de Mao.

Por cuanto las ideas de García relativas a las cuatro cuestiones dirimentes son, pues, erróneas y no correctas, oportunistas y no proletarias, entonces su “autoridad” es autoritarismo. Por tanto, ¿qué de malo tiene que, en el Socialismo Peruano, existan activistas que se hayan levantado contra este autoritarismo? ¿Qué de monstruoso tiene que hayan expresado, mal o bien, la protesta contra esta nueva versión de egotismo burgués?

Por cuanto las ideas de García relativas a las cuatro cuestiones dirimentes son, pues, erróneas y no correctas, oportunistas y no proletarias, entonces el “reconocimiento” de su “autoridad” es seguidismo. Por tanto, ¿qué de malo tiene que, en el Socialismo Peruano, existan activistas que hayan señalado este seguidismo? ¿Qué de monstruoso tiene que hayan criticado esta nueva versión de obsecuencia?

Es notorio que, con su nota al final de las citas, García pretende pasar como representante en nuestro medio del socialismo proletario y de la dialéctica materialista. Pero si sus posiciones ante las cuatro cuestiones dirimentes lo descalifican como representante del primero, su falsificación de los hechos lo descalifica como representante de la segunda.

Mariátegui señalaba que el espíritu egotista “no constituye sino la exasperación y la degeneración del viejo liberalismo burgués”. Y hay que agregar que el seguidismo no constituye sino un lastre del más viejo espíritu feudal.

Pero tanto las ambiciones desmesuradas de García como las venias a su persona se estrellan contra la realidad de un movimiento comunista que, después de la experiencia senderista, no está dispuesto a tolerar una reedición del egotismo burgués y el seguidismo feudal.

Puesto que García no cita en el aire sino en un contexto concreto y con un propósito concreto, resulta indudable que, con el último párrafo que cita de Engels, pretende que criticar sus métodos criollos es sembrar la confusión, desenmascarar sus posiciones oportunistas es traicionar el movimiento del proletariado y denunciar su egotismo burgués es servir a la reacción. ¡El mundo al revés!

Pero, cualquier marxista que haya asimilado el marxismo en su esencia, es decir, como método, sabe que negar la universalidad del leninismo y del pensamiento de Mao, tergiversar a Mariátegui, hacer a un lado la teoría leninista de la situación revolucionaria y pretender un partido doctrinariamente heterogéneo, es sembrar la confusión, traicionar el movimiento del proletariado y servir a la reacción.

Desde luego, en los estrechos marcos de su facción, García ha podido hacer fáciles víctimas de sus posiciones oportunistas, mas, por lo que se puede ver, muy difícilmente podrá hacer lo mismo en los amplios marcos del Socialismo Peruano.

III

Si como polemista García tiene el problema de que su discurso no tiene relación con los hechos, como político presenta el problema de que ha pasado de su liquidacionismo de izquierda de los años setenta a su oportunismo de derecha de hoy. Y si hace ya más de un año se autoproclamó “Yo el Supremo”, ahora, con sus ínfulas de considerarse por sí y ante sí “la autoridad” en el Socialismo Peruano, ha terminado de revelar su ridículo egotismo burgués. En consecuencia, es culpa suya, y absolutamente de nadie más, que existan quienes, mal o bien, critican su egotismo. No tiene, pues, de qué quejarse.

Por supuesto, personalmente considero que hay que criticar bien, con argumentos sólidos, convincentes, pues, sin duda, es absolutamente necesario marcar a fuego el mal disimulado oportunismo de derecha que vende García.

Y, obviamente, ningún elemento consciente del Socialismo Peruano puede ser indiferente ante esta digna tarea.

Eduardo Ibarra
biblioteca9@hotmail.com

21.01.09.


Nota Bene:

Para una comprensión más amplia todavía del oportunismo de derecha y del nuevo egotismo burgués, cordialmente invitamos a los activistas del Socialismo Peruano y a los lectores en general a consultar los siguientes artículos: Revolución y frente unido (28.10.02); Una aclaración necesaria (03.02.07); El nombre del partido (06.04.07); El desmonte de un infundio (28.09.07); Radiografía de una falsificación (28.10.07); La verdad de Liu Shaoqi (29.10.07); Respuesta a Gustavo Pérez (21.11.07); El juego de manos del creidismo (10.12.07); El desbarre del creídismo (16.12.07); Contra la arbitrariedad, la manipulación y prepotencia (08.01.08); la Notas sobre la creación heroica de Mariátegui (19.01.08); Mariátegui y el leninismo (06.02.08); Mariátegui y la base de unidad del partido (08.02.08); Puntos sobre algunas íes (24.02.08); Una comentario indispensable (22.03.08); Defensa de una verdad mariateguiana (28.03.08); Apuntes sobre el socialismo peruano (10.05.08); El partido de masas de Mariátegui (16.05.08); Una vez más sobre el nombre del partido (30.05.08); Primera vez tragedia, segunda vez farsa (18.06.08); Mariátegui y el Partido Socialista del Perú (07.10.08).


Círculo de Estudios José Carlos Mariátegui.

25.01.09.

domingo, 4 de enero de 2009

MARIATEGUI Y EL PARTIDO SOCIALISTA DEL PERU

Mariátegui y el Partido Socialista del
Perú

“Tengo una declarada y enérgica ambición: la de concurrir a la creacion del socialismo peruano

(Advertencia a los 7 Ensayos).



En el 80 aniversario de la constitución del Grupo Organizador del Partido Socialista del Perú, es menester recapitular algunos aspectos fundamentales de su actuación y, sobre esta base, contribuir al esclarecimiento de algunos puntos que continúan dividiendo opiniones entre los marxistas.

Planteamiento de la Cuestión

En un país de capitalismo semicolonial y de estructura agraria semifeudal, y, por tanto, con un reducido proletariado y un extenso campesinado (1), Mariátegui afrontó el reto de dotar a la clase obrera de un instrumento político que respondiera a esta realidad. Entre otras cosas, esta realidad determinaba una participación de primer orden del campesinado en la revolución.

En los años 1920 el proletariado internacional contaba ya con dos modelos de organización política: el Partido Socialdemócrata Alemán (partido tipo de la Segunda Internacional), y el partido leninista (partido tipo de la Tercera Internacional). En el ¿Qué hacer? (fines de 1901 y comienzos de 1902), Lenin había establecido los tres caracteres fundamentales de un partido proletario, lo cual, sin duda, significó un paso adelante en la teoría marxista sobre la cuestión. Como es notorio, Mariátegui tuvo en cuenta estos caracteres en su proyecto de partido (2). En su calidad de marxista, el maestro asumió, pues, el modelo leninista, pero, por su condición de marxista peruano, lo hizo teniendo en cuenta las condiciones nacionales (3).

Antecedentes Históricos

Entre 1918 y 1922 se produjeron dos acontecimientos que son los antecedentes históricos del Grupo Organizador del Partido Socialista del Perú.

En Antecedentes y desarrollo de la acción clasista, Mariátegui señaló: “‘Nuesta Epoca’ no trae un programa socialista; pero aparece como un esfuerzo ideológico y propagandístico en este sentido. A los dos números, cesa de publicarse, desprobada por la empresa periodística a la que prestan su servicio sus principales redactores; pero éstos prosiguen en sus gestiones por crear un Comité por crear un Comité de Propaganda Socialista. Se une a ellos otro redactor de ‘El Tiempo’, Luis Ulloa, procedente del antiguo partido radical, quien con motivo de sus campañas periodísticas contra los ‘hambreadores del pueblo’ se relaciona con los sindicalistas. Se constituye el Comité [de Propaganda y Organización Socialistas] con la adhesión de Del Barzo y algunos obreros próximos a él y de los dos grupos de estudiantes (ya profesionales algunos) que han tomado parte hasta entonces en la agitación obrera. El grupo tiende a asimilarse a todos los elementos capaces de reclamarse del socialismo, sin exceptuar aquellos que provienen del radicalismo gonzales-pradista y se conservan fuera de los partidos políticos. Una parte de los elementos que lo componen, dirigida por Luis Ulloa, se propone la inmediata transformación del grupo en partido; la otra parte, en la que se cuentan precisamente los iniciadores de su fundación, sostienen que debe ser mantenido como Comité de Propaganda y Organización Socialistas, mientras su presencia no tenga arraigo en las masas. El período no es propio para la organización socialista; algunos elementos del comité redactan un periódico: ‘Germinal’, que adhiere al movimiento leguiísta; Mariátegui, Falcón y sus compañeros se separan, finalmente, del grupo que acuerda su aparición como partido el 1º de Mayo de 1919” (4). Como se desprende, Mariátegui veía en el Comité de Propaganda y Organización Socialistas un proyecto de largo plazo, que, conculcado por algunos de sus miembros con la inmediata transformación del grupo en partido, fue razón suficiente para que el maestro se separara con sus compañeros (5). Aunque entonces se encontraba todavía bajo la influencia del socialismo evolucionista de la revista España de Araquistain, Mariátegui tenía ya, como se ve, una clara concepción de la oportunidad para la fundación de un partido que pretende representar al proletariado. En 1929, es decir, ya como marxista, a la anotada discrepancia sumó la crítica del contenido reformista, socialdemócrata, oportunista de la intentona al señalar que “El grupo tiende a asimilarse a todos los elementos capaces de reclamarse del socialismo, sin exceptuar aquellos que provienen del radicalismo gonzales-pradista y se conservan fuera de los partidos políticos”.

En abril de 1922, Mariátegui, César Falcón, Palmiro Macchiavello y Carlos Roce organizaron en la ciudad italiana de Génova un Comité (6), que, según señala el segundo de los nombrados, se limitó a “formular la iniciativa” de fundar el partido del proletariado peruano (7). Aunque de breve duración, este Comité fue la primera experiencia organizativa de marxistas peruanos.

jueves, 1 de enero de 2009

puntos de discusion

Creo importante resaltar el valor del documento, al desenmascarar algunos elementos de la entraña del senderismo, el pensamiento Gonzalo, y dentro de las dos organizaciones (SL, MRI) la contradicción en el tratamiento del tema del maoísmo o pensamiento Mao Tse Tung.
Quisiera alcanzar algunas acotaciones:

1. Sobre el tema del pensamiento Mao Tse Tung o maoísmo. Señala el documento que hay un cambio, del primero al segundo, para diferenciar en su ideología la línea oportunista de la revolucionaria. Pero cualquiera sea la denominación, el "aporte" de Mao al marxismo se considera en 4 elementos que el escrito permite síntetizar al respecto:
a- la revolución democrática antimperialista: en realidad Mao la llama la "revolución democrática nacional" para proponer la alianza de clases del proletariado con la burguesía nacional, incluso luego de la toma del poder. Hay que señalar que este tema es tratado desde el manifiesto comunista, en donde Marx plantea que la revolución, por la que luchan los comunistas (en 1848), por su forma es nacional y es democrática, y que una vez cumplida esta tarea las armas se empuñan contra el enemigo de clases, la burguesía.
Lenin, en Dos Tácticas (1902) avanza algo más, al señalar que, en la etapa del imperialismo, el problema es quien dirige al revolución democrática: la burguesía (que ya no tiene interés histórico) o el proletariado (que sería para el caso ruso, chino y de los países atrasados capitalistamente, como lo fue Rusia hasta 1917). Luego, en "Cartas desde lejos" (1917, marzo-abril) plantea que el carácter de la revolución está dado por la clase que toma el poder: la de febrero fue burguesa porque la burguesía (aliado con socialdemócratas reformistas) plantearon las tareas democráticas; y la revolución de octubre fue socialista, porque la hizo el proletariado, mediante los soviets. Entre febrero y octubre no cambió la sociedad rusa, solo cambió la clase en el poder, y por tanto no se requería un amplio desarrollo de las fuerzas productivas para pasar al socialismo. Y el socialismo tuvo como primera tarea: hacer la revolución democrática dando la Reforma Agraria, la tierra para los campesinos.
Por tanto no hay ningún aporte de Mao a la teoría de la revolución mundial y si vemos a Mao como marxista es un retroceso al plantear la posibilidad de alianza on la burguesía estando en el poder. Lo que hizo Mao y pudo realizar es una forma concreta de conducir la revolución para el caso Chino, que contaba con la tercera parte de la población mundial.
¿Qué hizo Mao al llegar el poder? Planteó que la alianza con la burguesía nacional (que había asesinado a muchos comunistas chinos). Hoy en día esta burguesía y los revisionistas y reformistas chinos, se han aliado al capital transnacional y viene arrasando la China milenaria, dentro del sistema imperialista, dando la plusvalía china para pagar la deuda del gobierno norteamericano que lo ha salvado de la crisis que ya no se ha podido evitar más.
Por tanto, Mao no siguió lo que plantea la teoría socialista, lo que planteó Marx y Lenin, de pasar de la evolución democrática inmediatamente a la revolución socialista, sino que planteó para el caso chino (lo que es tomado por todos los maoístas o pensadores mao-tsetung) postergar la revolución socialista para una etapa posterior, que desarrolle las fuerzas productivas, lo que ya era señalado por Haya en Antimperialismo y el APRA, desde 1927, que llevó al rompimiento con Mariátegui. Esto es revisionismo, como ya lo planteaba Lenin, cuando discutía con los mencheviques y socialdemócratas entre 1902 y 1917, quienes fueron los antecesores de los apristas esos años, si vale la expresión ( en realidad lo que quiero decir es que el aprismo auroreal, el antimperialista, era socialdemócrata e insumió de los revisionistas y reformistas marxistas). Hoy en día, ese socialismo demócrata, ha cambiado totalmente y lo vemos en una gran mayoría de los países, España, Inglaterra, Francia, Chile, etc. como sostén del imperialismo en sus guerras y proyectos internacionales.

b- la guerra popular: Este tema de estrategia política para imponer un determinado dominio y orden, viene de siglos y no es nada nuevo en la teoría. Se aplicó en China para responder a la naturaleza de las pugnas internas entre las clases y grupos sociales. No hubo nada de original excepto su magnitud y el conceptuar "del campo a la ciudad", lo que era un hecho en la mayoría de las guerras anteriores al siglo XVIII, y algunas hasta del XX, pero no se formuló de esta manera hasta Mao

c- la teoría del conocimiento en el analisis de las contradicciones (dialéctica), la práctica y la línea de masas: en este tema Mao es una tergiversación de la dialéctica y del materialismo dialéctico. Fue una divulgación popular, que en algunos elementos tergiversó la teoría, como el tema del día y la noche, pues la dialéctica es el diálogo de dos (tesis-antitesis), que sacan una síntesis (como lo desarrollaron Platón, Hegel, Marx, Lenin, entre otros). Mientras que el día y la noche no son dos elementos de una unidad de la cual sale una síntesis, las clases luchan entre sí en forma pacífica (negocian) o violenta, y sale un nuevo dominio y una nueva forma de organización según la confrontación y fuerzas de cada contienda. Ambos polos se dan al mismo tiempo y son una unidad en simultáneo, pero son distintos y el resultado sale de la relación entre ambas partes. Algunas se gana y otras se pierde.

d- la revolucionarización de la superestructura: revolución dentro de la dictadura del proletariado y la lucha contra el revisionismo. Estos temas están planteados por Lenin desde 1898 hasta 1923, en sus luchas contra los que serían los mencheviques y en la necesidad de la NEP, entre otros elemenos, para avanzar en la revolución dentro del proceso socialista. No hay ningún aporte específico de Mao y mas bien la mala conducción de la lucha de clases llevó a que la clase obrera perdiera la brújula (Bettelelheim, Robinson, etc.)

2. Sobre Sendero y el MRI. Como ya es conocido, ambos movimientos fueron creación de la CIA, engendrados en la década del 60, que logran tomar forma en los 80, para tener un arma al interior del Movimiento Comunista Internacional y poder dividirlo, como el caballo de Troya desde dentro. Logró tener importancia en el Perú, gracias al arraigo de importantes dirigentes comunistas, de clases medias profesionales, pauperizadas o estudiantiles, y migrantes urbanos, que fueron cautivados por algunas lecturas del marxismo-leninismo-maoismo, quienes cayeron en el dogmatismo de la lucha armada, viendo en China algo similar, a lo que sucedía en el Perú campesino, de la primera mitad del siglo XX, lo que a su vez demostraba la falta de estudio concreto por estos interesados en el marxismo-leninismo, y la falta de formación adecuada en teoría cientifica social (en la cual forma parte el marxismo) para dogmatizar y sacar, por analogía, conclusiones prácticas.
El trabajo de E. Ibarra , que acoto con estas lineas, demuestra con claridad que ambas organizaciones han sido incapaces de tener una lógica elemental, necesario para cualquier trabajo cientifico. Por tanto mal haríamos en seguirlos llamando comunistas, a quienes no han sido capaces de deslindar con el maoísmo o pensamiento Mao Tse Tung, cuando ya el movimiento comunista intrnacional deslindó con el mismo, desde la alianza de Mao con Nixon, que dio pie a todo lo que se tiene hasta ahora en China, con la fracasada teoría del Tercer Mundo, así como con el trabajo "El antimperialismo y la Revolución" del albanés Enver Hoxha (que existe en Internet), el cual permitió desenmascarar la esencia de Mao, a quien no se le niega el liderazgo de la revolución democrática y antimperialista (dicho sea de paso armada y financiada por EEUU en parte), pero que nunca avanzó al socialismo, fuera de la fraseología, teniendo postergado al proletariado en la China industrial, de la década del 50, aunque dándole algunas mejoras, pero sin darle el poder, como ya ha sido sistematizado por varios teóricos franceses fundamentalmente.

3. Sobre el camino de Mariátegui, pensamiento de Mariátegui, Mariateguismo: se considera por el autor y por Sendero, como bases de unidad desde 1965, cuando en realidad, nunca se abandonó, pues siempre hubo libros y personas que hablaban de als ideas de Mariátegui, y una reciente obra del filósofo de la Universidad de Lima. Estos estudios demuestran que desde los años 1940, Del Prado planteaba las ideas de Mariátegui como parte del PC vigente, en ese entonces. Hay que recordar que en el 65, se asumió el maoísmo, junto con el pensamiento de Mairátegui, como ya hemos comentado brevemente, demostrando las deficiencias del trabajo teorico de estos líderes de dicha fecha, que forman parte del movimiento comunista de esos momentos en el Perú, pero con mala formación científica como la que permitió decaer el comunismo soviético o como los socialistas democráticos.
Si bien Mariátegui logró asentar el pensamiento marxista-leninista en el Perú, y dio bases al movimiento socialista-comunista con talla latinoamericana, hay que verlo como un ideólogo claro en el análisis de la realidad peruana que supo aplicar a su tiempo la ciencia materialista histórica y pudo dar forma a la clase obrera como clase, sentando las bases de su conciencia de clase y su partido, proceso que fue mal direccionado posteriormente y que sigue pendiente de concretar, sobretodo ahora con lo complejo de nuestra realidad mundial y local, y la gran cantidad de trabajos científicos dispersos que no logran centralizarse ni siquiera aprovechando las ventajas del Internet y las facilidades en la comunicación.
Las bases de unidad debe ser el estudio concreto de la realidad peruana en el momento presente y Mairátegui es el primer y mas serio antecedente.

4. Sobre Las 3 Internacionales, Verdad universal, verdad particular: formas de Idealismo. La forma de analizar las Internacionales por el autor, como verdad particular y universal, muestra su tendencia intelectual a primar las ideas antes que la realidad. La primera Internacional fue la expresión de clase que respondía a la necesidad de una organización mundial, pero aún llena de distintas ideologías como el anarquismo y anarco sindicalismo, que llegó a predominar en nuestro país desde fines del siglo XIX hasta fines de la década de 1920.
La Segunda Internacional responde a la organización de clase, en partido de masas para tomar el poder, pero, como se sabe, se cayó en el electorerismo y reformismo, para abandonar la conciencia de clase y caer en los apoyos de las burguesías internacionales, como denunció Engels y Lenin y sigue suciendiendo hasta la fecha. Marx, Engels en su momento y Lenin fueron capaces de ver esta desviación (por ejemplo Marx la describe en su análisis sobre Bonaparte en 1852) y será esta posicion la que retomarán Engels, para Alemania, y Lenin para los grupos políticos socialistas previos a la Primera Guerra Mundial.
La III Internacional surge de la necesidad de avanzar a la nueva etapa comunista que nació desde 1917 y reune a los que tienen la claridad de los nuevos tiempos y que tienen un alto conocimiento científico. La disolución en 1942, obedeció a que dejó de funcionar en los hechos, sin aportar nada nuevo trascendental ni investigar cosas de valor científico, por lo cual dicho movimiento desapareció, por sus propias fuerzas, y ello se expresó posteriormente, en la caída de la URSS en manos de estos pseudo"comunistas" que solo vegetaban pero faltaba capacidades y que no sabían ni querían seguirse llamando comunistas, como pasa ahora con algún "marxista" peruano que tiene sus secuaces en estas ideas revisionistas.
Al hacer su análisis señala Ibarra:
"TODO EL PROLETARIADO INTERNACIONAL CON LA VERDAD UNIVERSAL Y EL PROLETARIADO DE CADA PAÍS CON SU VERDAD PARTICULAR: HE AQUÍ LO QUE EXIGE LA REVOLUCIÓN MUNDIAL"
como una especie de conclusión. Pero esto ha sido siempre así, pues toda verdad partricular tiene en sí la verdad universal (Hegel, Marx, Lenin, etc.), pues la relación de lo concreto y lo universal se da en una sola unidad. Lo que plantea E. Ibarra es la verdad como ideas y no como HACER LA REVOLUCIÓN SOCIALISTA-COMUNISTA en el caso peruano. Y esta solo se dará en su forma concreta ¿cuál es? Dónde está dicho Programa que nos describa la lucha de clase del 24 diciembre 2008? No lo hay y los documentos senderistas no lo tienen. Sin análisis concreto no podrá haber transformación de algo que no se conoce, salvo la espontaneidad que es la forma concreta y dispersa en que se vive el día. POr tanto mientras no hay los nuevos 7 ensayos del 2008-2009 no habrá ciencia marxista para el Perú y menos para el mundo y los capitales seguirán dominado superando su crisis, como sucede con el desarrollo del capital.

Lo que quiero concluir es que estos análisis de E.Ibarra no salen del idealismo y no se mueven en el mundo específico de los asalariados ni nos ayudan a entender la clase obrera peruana y su lucha especifica del 2008, y por tanto queda en ideas, en el papel, sin poder cambiar nada excepto dar algunas ideas, con importante rigor lógico, sobre un tema irrelevante para el proletariado peruano, en la medida que el senderismo siempre ha sido marginal para esta clase, aunque tuvo presencia entre campesinos y clase media intelectual o migrante, pero de escasa magnitud. Nunca pudo entrar en el proletariado, a quien no le interesa democracia popular sino la democracia socialista-comunista, no le interesa guerra popular del campo a la ciudad sino le interesa cambio social-económico pacífico o violento según el momento, no le interesa maoísmo sino la explicación de su situación de explotación y la forma de salir de la misma con nueva organziación, y generación de capacidades para un nuevo desarrollo peruano y mundial.

movimiento comunista internacional


Sendero y el Movimiento Comunista Internacional

El hecho de que casi desde un principio la propaganda senderista presentara a Gonzalo como “cuarta espada del marxismo”, demuestra el absolutismo gonzaliano con respecto al movimiento comunista internacional (m.c.i.). Por eso es menester examinar algunos aspectos de las relaciones del PCP-SL con este movimiento y, por razones obvias, particularmente con el Movimiento Revolucionario Internacionalista (MRI).
I
La Conferencia Internacional de otoño de 1980 emitió en oportunidad de su realización el comunicado conjunto A los marxista-leninistas, a los obreros y a los oprimidos de todos los países, en el cual se exponen algunas cuestiones ideológicas y políticas de indudable importancia para todo el m.c.i.
En el documento Bases de discusión, Gonzalo afirmó que los partidos y organizaciones firmantes del mencionado comunicado “toman al Presidente Mao pero sin considerarlo una nueva etapa y que no tiene vigencia universal” (sic) (Guerra popular en el Perú. El pensamiento Gonzalo, recopilación y edición de Arce Borja, Bruselas, 1998, t.I, p.322).
En el mismo documento, el jefe senderista citó extensamente una carta dirigida por su partido al Comité del Movimiento Revolucionario Internacionalista (CoMRI) en octubre de 1986. Dicha cita da cuenta de las discrepancias que el PCP-SL mantenía entonces con la mencionada organización internacional, así como de su incorporación a la misma.
Las aludidas discrepancias giraban en torno a las siguientes cuestiones: 1) maoísmo o pensamiento de Mao; 2) contradicción principal en el mundo; 3) situación revolucionaria en desarrollo desigual; 4) guerra mundial; 5) vigencia general de la guerra popular; 6) papel del MRI; 7) lucha entre dos líneas en el MRI; 8) tendencias hegemonistas en el CoMRI (ibidem, ver pp.322-323).
No obstante estas discrepancias, en la cita de la mencionada carta se puede leer que la Declaración del MRI de 1984 “encierra aún una base de unidad relativa cuyo desarrollo y superación lo exigirían el propio avance del movimiento” (ibidem, p.323).
En el mismo documento Bases de Discusión, se lee más adelante: “nos reafirmamos en la IV Conferencia Nacional del PCP de octubre 86 de desenvolvernos como fracción dentro del Movimiento Comunista Internacional para que el marxismo-leninismo-maoísmo, principalmente el maoísmo sea mando y guía de la revolución mundial” (ibidem, p.323. Subrayado en el original).
Finalmente, se sostiene en el mismo lugar: “Estamos por la reconstitución de la Internacional Comunista y consideramos al Movimiento Revolucionario Internacionalista como un paso en ese rumbo” (ibidem).
II
En el comunicado conjunto A los marxista-leninistas, a los obreros y a los oprimidos de todos los países, se puede leer en relación al aporte de Mao al marxismo: “Mao Tse-tung ha desarrollado el marxismo-leninismo en los terrenos de la revolución democrática antimperialista que llevan al socialismo; de la guerra popular y de la estrategia militar en general; de la filosofía, en la cual hizo importantes contribuciones al análisis de las contradicciones -esencia de la dialéctica- y sobre la teoría del conocimiento, sus lazos con la práctica y con la línea de masas; también aportó en el terreno de la revolucionarización de la superestructura y de la continuación de la revolución bajo la dictadura del proletariado y en la lucha contra el revisionismo en los terrenos teórico y práctico... La dirección teórica y práctica de Mao constituye un desarrollo cuantitativo y cualitativo del marxismo-leninismo en numerosos frentes, y la concentración teórica de la experiencia histórica de la revolución proletaria en estas últimas décadas. Vivimos en la época del leninismo, esto es, la del imperialismo y la revolución proletaria. Al mismo tiempo afirmamos que la obra de Mao Tse-tung es una nueva etapa en el desarrollo del marxismo-leninismo” (elipsis nuestra).
Como ha quedado evidenciado más arriba, Gonzalo acusó a los autores del comunicado de no reconocer la “vigencia universal” del pensamiento de Mao y, además, de no reconocerlo como una “nueva etapa” del marxismo, pero, como acabamos de ver, tales autores sostienen explícitamente que “Mao Tse-tung ha desarrollado el marxismo-leninismo” y que “la obra de Mao Tse-tung es una nueva etapa en el desarrollo del marxismo-leninismo”. Por tanto, la acusación del jefe senderista es completamente falsa.
Ahora bien, esta acusación contra los partidos y organizaciones firmantes del comunicado conjunto pone en evidencia el método polémico de Gonzalo, o, para decirlo francamente, su método criollo.
III
Por otro lado, hay que señalar que los firmantes del comunicado reconocían el leninismo como el marxismo de la época del imperialismo y de la revolución proletaria, pero, equivocadamente, agregaban enseguida que “la obra de Mao Tse-tung es una nueva etapa en el desarrollo del marxismo-leninismo”. Esto, sin duda alguna, es una contradicción, pues si “vivimos en la época del leninismo”, ¿cómo puede ser correcto afirmar al mismo tiempo que el pensamiento de Mao es “una nueva etapa en el desarrollo del marxismo-leninismo”? El concepto de “nueva etapa” aplicado al pensamiento de Mao supone que el leninismo no es una época en el desarrollo de la teoría del proletariado sino una etapa, y de esto se desprende que no “vivimos en la época del leninismo”. Pero no sólo el leninismo, sino tampoco el marxismo sería una época sino una etapa. ¿Dónde queda, pues, la cuestión de la época, sustentada por Stalin en Los fundamentos del leninismo y subrayada por Mao en su polémica con Lin Biao? ¿Dónde queda aquello de que la nueva época histórica determinó una nueva época en el desarrollo de la teoría proletaria? Es pues, de todo punto una contradicción flagrante la posición mantenida en el comunicado conjunto de otoño de 1980, y esta contradicción se revela en la frase “Al mismo tiempo afirmamos”, pues no es posible sostener que el leninismo es el marxismo de nuestra época y, al mismo tiempo, que el maoísmo es una “nueva etapa” en el desarrollo del marxismo-leninismo. Una de dos: o el leninismo es el marxismo de nuestra época y, por tanto, el pensamiento de Mao es una etapa del leninismo, o, en su defecto, el pensamiento de Mao es una nueva etapa del marxismo-leninismo y, por tanto, el leninismo no es el marxismo de nuestra época. Ahora bien, cuatro años después, el MRI seguía sin resolver este problema. En efecto, en la Declaración del Movimiento Revolucionario Internacionalista, adoptada en marzo de 1984 por la Segunda Conferencia de Partidos y Organizaciones Marxista-Leninistas, se puede leer lo que sigue: “Stalin dijo: ‘El leninismo es el marxismo de la época del imperialismo y la revolución proletaria’.. Esto es completamente correcto. Desde la muerte de Lenin, la situación mundial ha pasado por muchos cambios. Pero, la época no ha cambiado. Los principios fundamentales del leninismo no han perdido vigencia, siguen formando la base teórica que guía nuestra concepción hoy. Afirmamos que el maoísmo es una nueva etapa en el desarrollo del marxismo-leninismo” (Declaración del Movimiento Revolucionario Internacionalista y ¡Viva el marxismo-leninismo-maoísmo!, p.16).
El PCP-SL sostuvo su adhesión al término “pensamiento Mao Tse-tung” hasta mayo de 1982, cuando en su II Conferencia Nacional “acordó que el marxismo-leninismo-maoísmo era la tercera etapa del marxismo” (Guerra popular en el Perú. El pensamiento Gonzalo, p.321). Y el MRI adoptó formalmente esta misma denominación de la doctrina en 1993, lo que quedó en negro sobre blanco en el documento ¡Viva el marxismo-leninismo-maoísmo!, documento en el cual no se habla ya del leninismo como el marxismo de la época del imperialismo y de la revolución proletaria. Era, pues, una de dos. Pero, en vez de resolver correctamente el problema, es decir, en lugar de comprender el pensamiento de Mao como una etapa del leninismo, el MRI cayó en el error de considerarlo una “tercera etapa” en el desarrollo del marxismo-leninismo. De este modo renunció al leninismo como el marxismo de nuestra época y, así, tenemos que, ahora, considera como incorrecto lo que hasta hace un tiempo consideraba como “completamente correcto”, pero sin sustentar esta nueva opinión en un solo argumento serio. Esto quiere decir que la discusión sobre Mao en el seno del MRI se resolvió favorablemente al erróneo planteamiento de Gonzalo.
Además, en la literatura actual del MRI puede verse que esta organización ha asumido el planteamiento gonzaliano de la “vigencia general de la guerra popular” y, asimismo, que ha hecho suya la consigna senderista de “poner el maoísmo como mando y guía de la revolución mundial”.
En el documento Vueltas y revueltas en la lucha entre dos líneas, publicado en Un Mundo Que Ganar, 1996, Nº22, pp.36-37, el MRI habla de las “contribuciones” del jefe senderista “al desarrollo político e ideológico de nuestro movimiento”. Es seguro que el autor se refiere sobre todo a las tres cuestiones anotadas arriba.
Pero estas “contribuciones” no son tales. La definición del maoísmo como “nueva, tercera y superior etapa del marxismo” esconde la negación del leninismo como el marxismo de la época del imperialismo y de la revolución proletaria, y, esto es completamente erróneo.
La teoría maoísta de la guerra popular prolongada es válida para los países donde el camino de la guerra revolucionaria es del campo a la ciudad, pero no para aquellos otros donde el camino es la insurrección urbana. Por tanto, es obvio que de tal teoría sólo tienen valor universal sus aspectos más generales, por lo que hablar de “vigencia general de la guerra popular”, o, lo que es lo mismo, generalizar en bloque la teoría de la guerra popular prolongada, es, de hecho, una manera de negar la validez del camino insurreccional urbano, y, esto es completamente erróneo.
Finalmente, la consigna de “poner el maoísmo como mando y guía de la revolución mundial”, notoriamente absolutiza el maoísmo dejando por fuera el leninismo y el marxismo, y, esto es completamente erróneo.
De manera, pues, que muy claramente las llamadas contribuciones de Gonzalo al “desarrollo político e ideológico” del MRI son más bien posiciones erróneas asimiladas por la organización internacional.
Malgrado estas asimilaciones, los partidos y organizaciones que conforman el MRI han mantenido una prudencial independencia con respecto a lo que desde hace más de veinte años la propaganda senderista publicita como “los aportes del Presidente Gonzalo al marxismo”, excepción hecha de la definición del maoísmo.
Pero, incluso así, cae de su propio peso la pregunta: ¿cómo fue posible que el MRI asumiera como correctas las erróneas posiciones senderistas señaladas arriba?
Es un hecho que Gonzalo indujo a error al MRI. Pero el verdadero problema fue la permeabilidad del MRI a posiciones claramente erróneas.
IV
En el documento Bases de discusión, el jefe senderista sostuvo que “es aplicando y desarrollando la guerra popular que” su partido “avanzó más en la comprensión del maoísmo como tercera etapa del marxismo” (Guerra popular en el Perú. El pensamiento Gonzalo, p.321).
Así pues, Gonzalo cree que la comprensión del lugar que le corresponde al pensamiento de Mao en el desarrollo histórico del marxismo depende en última instancia de participar en una guerra popular. De hecho, esta idea encierra la intención de utilizar una lucha armada como elemento dirimente en la controversia sobre el pensamiento de Mao. Pero ocurre que esta controversia es un problema teórico y, por tanto, su resolución depende del análisis. Esta es una verdad elemental que todo marxista debe comprender.
Como diría un camarada, quienes creen que la solución del problema de Mao depende en última instancia de participar en una guerra popular, tergiversan groseramente el principio de que la práctica es el criterio de la verdad y, de este modo, demuestran un reconocimiento tácito de su incapacidad para resolver teóricamente los problemas del marxismo. De hecho, recurren a la práctica como a un refugio.
Por su parte, el MRI afirma que “La adopción del maoísmo por el MRI, expresada en ¡Viva el marxismo-leninismo-maoísmo!, reflejaba una comprensión superior y más unificada de nuestra ideología que la que el movimiento mundial había podido lograr hasta entonces”. “Se mostró en la práctica la importancia de esa comprensión superior cuando los camaradas del Partido Comunista de Nepal (Maoísta) , cuya formación estuvo íntimamente ligada a los avances del movimiento comunista internacional y del MRI, inició una guerra popular en 1996 que ya tiene al país en llamas con la revolución” (Acerca de la lucha para unificar a las auténticas fuerzas comunistas, en Un Mundo Que Ganar, año 2004, Nº30, p.37).
Así pues, el MRI sostiene que existe una “comprensión superior” de Mao (que se expresa en la adhesión al término “maoísmo”), y, por tanto, sugiere que hay también una “comprensión inferior” de Mao (que se expresa en la adhesión al término “pensamiento Mao Tsetung”). Además, de hecho insinúa que la adhesión al término “maoísmo” es prueba de revolucionarismo y que la adhesión al término “pensamiento Mao Tsetung” es prueba de oportunismo.
Pero sucede que, por una parte, la comprensión correcta del pensamiento de Mao consiste en reconocer su condición de etapa del marxismo de nuestra época y, por otra, ocurre que el PCP-SL, por ejemplo, inició su lucha armada cuando adhería al término “pensamiento Mao Tsetung” y, ahora, cuando adhiere al término “maoísmo”, ha claudicado con respecto a sus propias premisas.
Esta constatación significa que el oportunismo puede ocultarse detrás de la adhesión a cualquiera de los dos términos y, en general, detrás de la adhesión a cualquier denominación de la teoría del proletariado. ¿Acaso detrás de la adhesión al “marxismo” no se ocultó un tiempo el revisionismo de la Segunda Internacional? ¿Acaso detrás de la adhesión al “marxismo-leninismo” no se ocultó un tiempo el revisionismo contemporáneo? ¿Acaso detrás de la adhesión al “pensamiento Mao Tsetung” no se oculta ahora el oportunismo en más de un caso? ¿Acaso detrás de la adhesión al “maoísmo” no se oculta igualmente el oportunismo, también en más de un caso?
V
En su IV Conferencia Nacional, octubre 1986, el PCP-SL tomó el acuerdo de actuar “como fracción dentro del Movimiento Comunista Internacional”. No, pues, únicamente dentro del MRI sino dentro del entero m.c.i., tal como está escrito. Así, en 1987, si no recordamos mal, es decir, siendo ya miembro del MRI, el PCP-SL firmó una declaración conjunta con un partido comunista de España, que no era miembro del MRI, y que, dicho sea, no lo es hasta hoy. ¿Qué quiere decir esto? Quiere decir, sencillamente, que desde fuera y desde dentro del MRI Gonzalo pretendía organizar su fracción. Por eso resulta incomprensible la actitud condescendiente del CoMRI.
VI
El PCP-SL es partidario de la “reconstitución de la Internacional Comunista” y considera que el MRI es “un paso en ese rumbo”. A su vez, el MRI es partidario de “una internacional de un nuevo tipo basada en el marxismo-leninismo-maoísmo” y considera necesario “establecer un comité provisional, o sea un centro embrionario, para dirigir el proceso general de impulsar la unidad ideológica, política y organizativa de los comunistas” (Declaración de Movimiento Revolucionario Internacionalista y ¡Viva el marxismo-leninismo-maoísmo!, pp.53 y 54). Es decir el PCP-SL y el MRI coinciden en constituir un “centro orgánico” en el m.c.i.
Pero esta posición que postula la organización del m.c.i. en una nueva Internacional no responde a la realidad de nuestro tiempo. La Primera Internacional tuvo como objetivo la unidad programática del proletariado europeo y estadounidense en la lucha contra el capitalismo. La Segunda Internacional tuvo como objetivo la adhesión de este proletariado a la verdad universal del marxismo y la construcción de partidos marxistas de masas. La Tercera Internacional tuvo como objetivo la defensa de la verdad universal y la bolchevización de los partidos del proletariado de todos los países. Esta realidad histórica significa dos cosas: 1) que de la Primera a la Tercera Internacional, el proletariado se elevó de lo programático a lo ideológico y de una escala continental a una escala mundial en su acción política; 2) que la Segunda y la Tercera Internacionales tuvieron como órbita la verdad universal.
En el mundo actual, sin embargo, la necesidad de impulsar la revolución socialista impone a cada miembro del m.c.i. que su órbita sea más bien la verdad particular como expresión concreta de la verdad universal, o, para decirlo en otros términos, la lucha por encontrar el camino propio de la revolución como expresión concreta del universal camino de la revolución proletaria. Por eso el m.c.i. no debe poner ya el acento en un “centro orgánico” sino en “la organización de un compañerismo basado en la igualdad” (Stalin), que, naturalmente, tiene que expresarse en la centralización ideológica, la independencia teórica, la coordinación política y la autonomía orgánica.
TODO EL PROLETARIADO INTERNACIONAL CON LA VERDAD UNIVERSAL Y EL PROLETARIADO DE CADA PAÍS CON SU VERDAD PARTICULAR: HE AQUÍ LO QUE EXIGE LA REVOLUCIÓN MUNDIAL.
VII
En la mencionada carta de octubre de 1986 el PCP-SL acusó al CoMRI de anidar tendencias hegemonistas: “Consideramos que el Comité del MRI apunta a imponer la denominación ‘marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung’, a encuadrarnos dentro de la Declaración y a resolver los problemas de dirección del Comité que dan margen a pensar en la existencia de tendencias hegemonistas” (Guerra popular en el Perú. El pensamiento Gonzalo, t.1, p.323).
No conocemos la respuesta del CoMRI y, por tanto, no sabemos los términos con los que se defendió de la acusación, o, en su defecto, los términos con los que la aceptó. Pero ocurre que, al presentar a Gonzalo como la “cuarta espada del marxismo”, la propaganda senderista preparaba el terreno para, posteriormente, tratar de imponerle al MRI el llamado pensamiento Gonzalo.
En el documento Bases de discusión, el jefe senderista escribió esta barbaridad: “Nos basamos en el marxismo-leninismo-maoísmo, pensamiento Gonzalo, principalmente pensamiento Gonzalo, esto es en la ideología del proletariado” (ibidem, p.369. El subrayado es nuestro). Es decir, según el egotismo del jefe senderista, el “pensamiento Gonzalo” (o sea su pensamiento) es parte de la ideología del proletariado y, por tanto, quien quiera “ser marxista hoy”, tiene que adherir “principalmente al pensamiento Gonzalo”. Esta conclusión no es antojadiza en modo alguno, pues se desprende directamente de la denominación que Gonzalo hace de la ideología del proletariado.
Como se ve, el jefe senderista acariciaba la ilusión de ser reconocido alguna vez como “cuarta etapa del marxismo”. Mientras tanto, con verdadera insidia, algunos senderistas acusaban soto voce (acusan todavía) a dirigentes del MRI y de partidos y organizaciones comunistas: “Fulano de tal es un oportunista porque no reconoce el pensamiento Gonzalo como desarrollo del marxismo-leninismo-maoísmo”. Y mengano de cual lo mismo, y así sucesivamente.
Así pues, en el fondo de la acusación senderista contra el CoMRI se agitaba nada menos que el absolutismo de Gonzalo.
VIII
En la resolución del MRI En apoyo a la guerra popular en el Perú, dirigida por el Partido Comunista del Perú y en defensa de la vida del presidente Gonzalo, diciembre 1993, se lee: “Al aplicar en forma creadora el marxismo-leninismo-maoísmo a la situación concreta del Perú, el PCP bajo la dirección del Presidente Gonzalo, no sólo impulsó el avance de la revolución sino también hizo importantes aportes a la comprensión de los revolucionarios proletarios por todo el mundo” (Un Mundo Que Ganar, 1995, nº20, p.12). Palabras más, palabras menos, lo que hace esta declaración es repetir la propaganda senderista sobre el tema.
Ciertamente algunos comunistas extranjeros no conocen (o conocen insuficientemente) las características sui generis del desarrollo del marxismo en el Perú. Y ocurre que el conocimiento de estas características es absolutamente indispensable para quien quiera comprender la experiencia de lucha del pueblo peruano en los últimos veintitantos años. Como no es difícil constatar, tales comunistas consideran que la historia de la revolución peruana comienza en mayo de 1980, o, a lo sumo, en los años 1960. Pero la historia de la revolución peruana comienza en octubre de 1928 con la fundación del Partido Socialista del Perú. Y ya en la primera etapa de la existencia del partido la aplicación creadora del marxismo a nuestra práctica concreta determinó la formación del pensamiento de Mariátegui. Y aunque después el oportunismo, ora de izquierda ora de derecha, abandonó o tergiversó este pensamiento, en una lucha de décadas los comunistas peruanos alcanzaron la doble victoria de retomarlo en la V Conferencia Nacional del Partido, 1965, y de establecerlo como piedra angular de su base de unidad en la VI Conferencia Nacional, 1969. Pero a principios de los años 1980 el egotismo burgués sustituyó el pensamiento de Mariátegui por el llamado pensamiento Gonzalo y, de este modo, negó la vigencia de la piedra basal del marxismo peruano.
En efecto, el jefe senderista silenció a Mariátegui y muy especialmente su teoría de la revolución peruana (estrategia, partido, frente unido, violencia revolucionaria, táctica, problema indígena, comunidad campesina, etcétera). De tal modo, pues, el “pensamiento Gonzalo” se reveló como una desviación de nuestra verdad particular, como una desviación del método mariateguiano, como una desviación del Camino de Mariátegui. Y, sin embargo, desde principios de los años 1980, esta desviación empezó a hacer carrera entre una militancia mayoritariamente seguidista y algunos comunistas extranjeros ciertamente desinformados. Pero ocurre que, en el Perú, el pensamiento de Mariátegui es la piedra de toque que separa a marxistas de oportunistas y, por esta razón, el jefe senderista no puede ocultar con facilidad su oportunismo apelando a la verdad universal, que, por lo demás, formula caricaturescamente, tal como hemos visto más arriba.
En el artículo ¡Nuestra bandera roja sigue ondeando en el Perú!, se habla del “aislamiento total que el régimen le ha impuesto” a Gonzalo (ibidem, p.35), repitiendo así la propaganda senderista que habla de “aislamiento absoluto”.
Pero la verdad de las cosas es que el aislamiento del jefe senderista fue muy relativo durante todo el tiempo que la camarilla Fujimori-Montesinos consideró necesario utilizarlo con vistas a dividir las filas senderistas bajo el pretexto de negociar un “acuerdo de paz”. En efecto, una semana después de ser recluidos en la isla de San Lorenzo, Gonzalo y Miriam empezaron a tener continuas visitas de Montesinos y otros personajes y, como consecuencia, tuvieron acceso a periódicos, revistas, libros y, más tarde, ya en la Base Naval del Callao, incluso pudieron comunicarse telefónicamente con el exterior, reunirse con otros dirigentes senderistas expresamente llevados a la mencionada base naval desde prisiones ubicadas en otras regiones del país y circular libremente sus documentos dentro y fuera de las cárceles. Y como si esto fuera poco, disfrutaron de otros privilegios y hasta salían con Montesinos con fines gastronómicos. Estos hechos han sido revelados por el propio Montesinos y confirmados por los otros presos con los que los dos dirigentes senderistas comparten prisión, por lo que no hay margen a dudas. Aún más, en noviembre del año 2000, cuando ya no había ninguna “negociación”, Gonzalo y Miriam tuvieron licencia para reunirse una vez más con otros dirigentes senderistas presos y circular con la misma libertad de siempre el documento evacuado por la reunión.
Todavía ahora el MRI considera que “La Guerra Popular en el Perú que empezó en 1980, continúa manteniendo en alto la bandera roja de la revolución” (Un Mundo Que Ganar, 2001, Nº27, p.18), repitiendo así lo que por simple inercia sigue sosteniendo la propaganda senderista.
Pero, la verdad de las cosas es que, desde mediados de los años 1980, la lucha armada senderista se degradó hasta tal punto que resultó difícil seguir calificándola de guerra popular; que la declaración de 1991 de haber ingresado al equilibrio estratégico solamente fue una tapadera; y que la caída de Gonzalo y otros dirigentes prácticamente significó la desarticulación orgánica de una lucha armada que se sobrevivía a sí misma sobre la base del ejercicio de un terror indiscriminado.
Hace casi exactamente diez años que el jefe senderista llamó a los militantes de su partido a luchar por un “acuerdo de paz”, pero los partidos y organizaciones miembros del MRI no acaban de reconocer esta realidad. Y lo que al principio fue una explicable actitud de prudencia, desde hace ya buena cantidad de años es una expresión de vacilación. Si los primeros hechos que demostraban que es Gonzalo la cabeza del sector negociador del senderismo no fueron suficientes para persuadirlos, las muchas pruebas que se han acumulado a lo largo de los últimos años deberían haber terminado por convencerlos definitivamente y, sin embargo, tales pruebas no han impedido que los mencionados continúen hablando de “la propaganda enemiga que dice que el Presidente Gonzalo mismo pidió los ‘acuerdos de paz’, una aseveración sin pruebas que el PCP ha denunciado como una patraña” (Un Mundo Que Ganar, 2000, nº26, p.6), repitiendo así, también en este caso, la propaganda senderista.
Estas cuatro cuestiones anotadas prueban fehacientemente que el MRI no busca la verdad en los hechos sino en la propaganda senderista, que, como es obvio, es una apología de la teoría y la práctica del ultraizquierdismo gonzaliano. Y prueban, por tanto, tales cuestiones, cuán lejos de la verdad se encuentra dicha organización internacional con respecto al “pensamiento Gonzalo”, a la lucha armada senderista y a las causas de su fracaso.
IX
El MRI es el mayor propagandista internacional de la aventura senderista y, lógicamente, esto comporta una responsabilidad, pues lo que realmente apoya es una política ultraizquierdista que ha causado un grave daño al socialismo peruano y aun al socialismo mundial. No se puede tapar el sol con un dedo, y si el MRI tuvo la capacidad de asumir una posición fundadamente crítica con respecto a la experiencia camboyana (como en el artículo Qué salió mal en el régimen de Pol Pot, publicado en Un Mundo Que Ganar, 1999, nº25, pp.62-88), es razonable esperar que la tenga también para evaluar críticamente la experiencia senderista. Todos tenemos el derecho de cometer errores, pero, al mismo tiempo, tenemos el deber de corregirlos "bien y pronto” (Lenin). Y el primer deber que tienen los comunistas de todos los países con relación a esta experiencia es reconocer que un contingente de combatientes fue conducido al despeñadero por el oportunismo de izquierda que impuso su dirección.
X
Y bien, lo expuesto en el presente artículo es una sencilla verdad que tendrían que asimilar todos aquellos comunistas extranjeros que quieren comprender la experiencia de lucha del pueblo peruano en los últimos veintitantos años.
Pero si, después de todo, el caso es que algunos de ellos desconfían del análisis, es de esperar que no desconfiarán de la prueba de los hechos: allí tienen ante sí, para terminar de convencerse, los graves daños que ha causado el senderismo al pueblo peruano y los graves perjuicios que ha ocasionado a la revolución peruana y aun a la revolución mundial.
Eduardo Ibarra
16.07.03
Postscriptum
Las imágenes difundidas por la televisión peruana en oportunidad de la primera audiencia del juicio a Gonzalo y otros dirigentes senderistas en noviembre de 2004 terminaron por convencer a aquellos senderistas que, por razones completamente subjetivas, no habían sido capaces de reconocer que es Gonzalo la cabeza de lo que en filas del senderismo se conoce con el nombre de Línea Oportunista de Derecha. Pero, no obstante que dichas imágenes no dejan margen a dudas ni en la conciencia del más incrédulo, los partidos y organizaciones que conforman el MRI continúan varados en un mar de vacilaciones.
Expresivamente, en el Obrero Revolucionario, órgano del Partido Comunista Revolucionario, EU, en una nota titulada Al cierre de esta edición, se informa que con motivo del inicio del mencionado juicio, “fue la primera vez que se ha visto al presidente Gonzalo en público y ante la prensa en 12 años” (Nº1258, 14.11.04, p.7). Pero la verdadera noticia no es ésta sino el hecho de que lo sucedido en el tribunal demuestra de un modo irrebatible que es precisamente Gonzalo la cabeza de la “Línea Oportunista de Derecha”. He aquí, pues, la “prueba concluyente” (Un Mundo Que Ganar, 1996, Nº22, p.33), tan largamente esperada y hasta solicitada por algunos comunistas extranjeros, que, una vez que la han tenido frente a sí, sólo han atinado a declarar que ¡“es la primera vez que se le ha visto al presidente Gonzalo en público y ante la prensa en 12 años”!
Eduardo Ibarra
biblioteca9@hotmail.com
22.12.04